BCCPAM000R09-1-33000000000000

DE LA RELIGION CATOLICA —Eso es lo que no se cree... —Me apena tener que recordaros lo que ya lle- vo explicado. Tendré que repetirme y os pido dis- culpa de poner dos veces una misma prueba, pero ella es importante ahora y voy a robustecerla. El fa- moso barón de Cauchy, insigne matemático francés de quien sólo se hacen elogios, decía confesando ga- llardamente su fe católica: «Soy cristiano, es decir: creo en la divinidad de Jesucristo con Tico Brahe, Copérnico, Descartes, Newton, Pascal, Fermat, Leibnitz, Grimaldi, Eulero, Boscowids, Gerdil; a una con todos los grandes as- trónomos, con todos los grandes físicos y con todos los grandes geómetras de los. siglos pasados. »Soy también católico con la mayor parte de ellos; y si alguno me preguntase la razón se la daría con gusto. Veríase que mis convicciones no son fruto de preocupaciones hijas del nacimiento, sino de un examen profundo. Se vería de qué modo se han es- XIII deben su origen las universidades católicas de Anang- ni, Wáshington, Friburgo, Ottawa y Méjico... A él se deben nuevas cátedras en Lovaina y nuevas direcciones en las Universidades de Lilla, París y Lyon. Hasta los clérigos indú reciben educación a orillas de los lagos de Kendy y otros en las riberas del Nilo. León XIII gastaba además un millón de liras al año en el sostenimiento de es- cuelas elementales técnicas y clásicas de Roma. Es una prueba moderna del obscurantismo de la Iglesia. Pueden leerse con provecho sobre el tema Religión y Ciencia, caps. X y XI del P. Cámara, y la Historia de los progresos del entendimiento humano, por Saverieu.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz