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REVELACION Y RAZON 951 pre modesto le agradeció el aviso haciéndole obser- var al ignorante incrédulo que el primer milagro que hizo Jesucristo fué en las bodas de Caná, es de- cir, en el año décimo quinto del reinado de Tiberio, al paso que Horacio había cantado a Mecenas y bri- llado en el reinado de Augusto; esto es: que Hora- cio había muerto antes que Jesucristo hiciera mila- gro alguno. El pobre incrédulo tuvo que callarse y llevar a otra parte la cita de Horacio. —Y según esos principios revelados, el que ignora la Religión de los misterios, ¿será condenado? —Tocáis una cuestión delicada, Es difícil dar a entender la doctrina exacta en este punto. La igno- rancia voluntaria de la religión revelada, imposibilita la salvación, lo mismo que el desprecio de ella. Sin embargo, puede darse el caso de una persona de buena voluntad, de recto espíritu, pero que nunca pudo conocer la Religión de los misterios. En este caso os diré aquí la enseñanza de Pío IX, que en agosto de 1863 escribía en Carta Encíclica: «Nos sa- bemos y sabéis vosotros que los que ignoran nuestra Santísima Religión y observan cuidadosamente la luz natural y sus principios grabados por Dios en el co- razón de todos, y dispuestos a obedecer a Dios llevan una vida recta y honrada, pueden con auxilio de la luz y de la divina gracia alcanzar la vida eterna, porque Dios para quien nada hay oculto, escudriña y conoce los espíritus, las almas, los pensamientos y las inclinaciones de todos y no permite en su soberana Ignorancia cul- pable,

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