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pai E coda lacio dio loa io aliódnó El hecho de la revelación. 216 EL PROBLEMA RELIGIOSO Es preciso que tome tierra en el puerto de la lu de la paz que es la revelación. —¿Pero puede usted demostrarme que Dios se nos ha revelado? —Es dogmático que aquel que dibuja sobre las negras Olas de la tempestad el pintoresco abanico del iris puso también sobre el mundo moral tempes- tuoso, y sobre las negruras de la aberración humana el iris de una religión revelada, nuncio de nuestra 7 bonanza espiritual... Los que todavía niegan la re: welación son como las divinas mariposas que quisie- ran volar con las alas rotas, siendo arrebatadas por el ímpetu del huracán... —Entonces será necesario creer. —Evidentemente... —Duro camino para el entendimiento educado en el racionalismo... —0s equivocáis... El peor y el máximo de los erro- res del racionalismo es creer que la fe está fuera del orden racional, del orden intelectual y del orden cien- tífico. Nada más razonable que dar fe a lo revelado... —Cosa extraña... —Cosa muy racional y sabia... Si la revelación fué necesaria, la revelación es un hecho... y si es un hecho el aceptarla es lo más racional porque es el más perfecto acto del entendimiento. Dadas o demostradas las premisas es científico aceptar las consecuencias... —Quiero no obstante alguna prueba de la reve- lación.

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