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DE LA RELIGION biología hasta ahora ha consentido, y esto favorece la opinión afirmativa. El distinguido profesor de la Universidad de Heidelberg, Adolío Mayer, tra- tó en un artículo del 26 de agosto de 1914 el as- pecto biológico del tema, fundándose en los expe- rimentos del bacteriólogo holandés Beijerinch, so- bre los Estrobios o microbios que sin clorófila y sin la fuente de energía solar realiza la síntesis orgánica de la materia mineral. —¿Luego no teme usted conflicto alguno para la religión por la pluralidad de mundos habitados ? —Al contrario, veo eso más conforme con la re- velación. Yo admito que si muchos planetas están habitados, habrá multitud de razas desconocidas, más inteligentes y más perfectas que la nuestra, y estas razas podrán rendir mejor que nosotros sus home- najes y resarcir al Altísimo por las ofensas y mal- dades del hombre. Me inclino a creer que si Dios no destruye más pronto el género humano pecador, es por su insignificancia ante otras «naciones as- trales» que estarán magnificando constantemente al Creador. —En ese caso, ¿las humanidades astrales tendrían también su religión? —Ignoramos por completo lo que haya de verdad en todo esto. No sabemos ni la naturaleza de tales seres, ni el estado en que serían creados. Son para nosotros seres hipotéticos. Podrán haber sido cria- dos en el estado de la naturaleza pura o de natura- leza íntegra; acaso no estarán sometidos como nos- 205 Los mundos habitados y religión.

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