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Religión y li- bertad. 194 EL PROBLEMA RELIGIOSO gravitación mutua de la tierra hacia el cielo y del cielo hacia la tierra; es la comunicación viva de lo infimi- to y lo finito; es el comercio entre Dios y la criatura. —Me ha expuesto usted la nobleza de ese gran sentimiento... Deber nuestro es recordarlo con to- do empeño mas ¿se concilian religión y libertad? —La religión tiene esta cualidad y es que condi- ciona la libertad, la sujeta, porque aunque creado el hombre rey de la creación, nunca es rey de Dios ni independiente de El. De suerte que la religión no sólo es una necesidad natural, sino una obligación moral, que impone deberes... Mas esto no suprime la li- bertad humana, al contrario, la supone. Sin libertad no podríamos merecer. El crear obligaciones no es crear una esclavitud. De todas suertes es una obli- gación noble; no nos somete a un tirano ni a un hombre... Debemos considerar como un honor el vivir sometidos a Dios. Servir a Dios es reinar. —Hermoso pensamiento a fe. —Viíctor Hugo, en un momento de sincera admi- ración escribió este elogio consolador: Vous qui pleurez, venez a Dieu car il pleure; Vous qui souffrez, venez a lui car il guerit; Vous qui tremblez, venez a lui car il sourit; Vous qui passez, venez a lui car il demeure; cuya traslación al castellano será: Los que lloráis, venid a este Dios que también llora; Los que sufrís, venid a El porque puede sanar; Los que teméis, venid a El que sonríe; Los que pasáis, venid a El porque es eterno.