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DE LA RELIGION 191 —¿Y qué me dice usted de la Ciencia como re- ligión? (1) —Hobbach, Strauss, Mortillet, Reinach y otros incrédulos, infatuados por la vanidad, han pretendido establecer la religión de la ciencia negando la cien- cia de la religión; piensan y si no piensan lo dicen que la ciencia derrocará la religión por el proceso evolutivo del pensamiento, que es como soñar des- piertos. No es posible sustituir el sentimiento religio- so por otro invento... Ya se sabe que hay quien pronosticó la muerte de la religión verdadera a fe- cha fija; pero, por lo visto, Dios no está por darles gusto en acertar. Puede en la esfera mudable de las cosas un adelanto sustituir a.otro, la astronomía re- emplazar a la astrología y la química a la alquimia y con ventaja por cierto, pero jamás para satisfacer las necesidades del alma la ciencia podrá sustituir a la religión... El hombre es muy fanfarrón e idólatra de la cien- cia, porque no le impone obligaciones como la re- ligión. Hay muchos intelectuales petulantes que no sabrán ni dónde está la puerta de entrada del tem- plo de la ciencia, pero se sienten arrebatados por la palabra ciencia como si fuera una divinidad. De su moral resulta que no pueden considerar a la cien- cia sino contradiciendo a la religión. Son enanos de la venta, y según los llamó Papini el neo-converso, (1) Francia, v. gr., en el siglo xix vió aparecer la reli- gión de sansimonianos, la cousiniana, la positiva científica. Ciencia y re ligión.
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