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A A debio e rad ió de lindo rmac IAla o acia o EII ntc dd ct % cuca dr a ox La religión y la riqueza. PROBLEMA RELIGIOSO 190 EL «varones», es decir: poco fuertes, poco vigorosos. La mujer tiene más «virilidad» interna, por eso es más virtuosa, y practica mejor la religión. La despreocu- pación de las clases elevadas respecto a la religión obedece muchas veces a que dicha clase tiene más elementos para gozar de la tierra y olvidarse del cielo... —¿Juzga usted acaso que la riqueza es enemiga de la religión? —Los socialistas y pobres de fortuna creen que la religión está aliada con la riqueza y que favorece a los ricos. Es una equivocación como es la de juz- gar que la riqueza es enemiga de la religión. Una observación genial he leído en Guillermo Terrero. Dice que el afán por la conquista del dólar no tiene en Norte América otra explicación que una entra- ñable «ambición mística» la de hacerse poderosos para prevalecer contra el mal. La acumulación de millones que excede todas las satisfacciones ima- ginables de la voluptuosidad es una locura si no im- porta una esperanza de alcanzar fines que no son materiales como el de poder beneficiar el mayor número de hombres en la lucha contra el dolor... A eso obedece realmente la filantropía de la munifi- cencia estadounidense. Sin embargo, con ser la misión del dinero el beneficiarse y beneficiar librándose del mal... generalmente es un obstáculo para la religión, si se desea con afán ambicioso el capital, o se abusa de la riqueza para llenarse de vicios. Por algo dijo Jesucristo: «Bienaventurados los pobres de espíritu.»

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