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AO a 178 EL PROBLEMA RELIGIOSO la Iglesia al establecimiento de las grandes univer- sidades de Oxford, Cambridge, Aberdeen, Praga, Tolosa, Lovaina, Ingolstand, etc.? ¿Quién resolvió problemas matemáticos y de la trigonometría como Regiomontano, obispo de Ra- tisbona? ¿Quién podrá olvidar al algebraista y geómetra P. Lucas Pacciolo? ¿Quién propuso el problema de la curvatura del círculo sino el jesuíta Gregorio de San Vicente? ¿Quién inventó la línea llamada cicloide sino el Pa- dre Marsena? ¿No fué el P. Lahonbere el inven- tor de la curva ciclocilíndrica? El lilotomo, el hidro- cronómetro, el meteógrafo, el anemometrógrafo, el pantelégrafo, el sismógrafo, etc., etc., llevan por in- ventores a religiosos generalmente. ¿Se puede afirmar, pues, conscientemente, que la Iglesia vive en el obscurantismo? Eso lo podrán de- cir los suprapensantes «criados con leche fosforada», pero ningún otro que sepa historia y tenga el debido concepto de la ciencia... A Róntgen, a quien no molestaba el mote de obscurantista, que fué tan de- voto de la Virgen que en su honor ayunaba todos los sábados, no le impidió su fe católica el ver los rayos Equis, que no veían otros muchos que llaman miopes a los creyentes.

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