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¿QUE HAY EN EL INFIERNO? 171 —Cuando un pecado causa extragos físicos, re- sultan dos cosas: dolor de la enfermedad y privación de todo aquello que se podía gozar en la salud y que la enfermedad impide gozar ahora. Así las penas de los condenados se reducen a dos, incluídos en este texto: «Apartaos de mí al fuego eterno» (1). Una, de daño significado en el apartaos de mí... priva- ción de Dios. Otra de sentido significado en la cláu- sula al fuego eterno. Sócrates, citado por Platón, dijo que los hombres incorregibles caerán en el Tár- taro de donde jamás han de salir. El Tártaro es lugar de suplicio y pena material. —Extraño fuego ese que obra sobre el espíritu. —Podréis decirme, cierto, que este fuego que co- nocemos no puede obrar sobre el alma, pero no po- dréis decirme que Dios no sepa preparar un fuego castigador, que lo pueda. El Espíritu Santo y la teo- logía no dicen sino que el fuego atormentará a los condenados. Lo del fuego no es un cuento, y pue- de ser desde el momento que es... Siempre hay que tener entendido esta palabra de San Beda: que los condenados son castigados por la infinita potencia... Y Dios, dice en la Escritura, encendió un fuego en su acto castigador que arderá hasta el profundo del infierno (2). —Pero ¿de qué modo quemará el fuego sin ja- más consumir a los castigados? (1) Mateo, XXXV. (2) Dentar. XX-XII. Dos clases de penas.

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