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EL DOGMA DEL INFIERNO 145 ultratumba... De todos modos, como hay rayos obs- curos, pero reales, y de inmensa potencia, así hay verdades invisibles para la retina mental humana, ro de estricta justicia, que sólo se alcanzan a ver bajo el velo de la fe «en el vacío de sí mismo». El orgullo es el mejor enemigo del misterio. En fin: estos rayos, aunque invisibles, poseen la energía má- xima de la lug con el más alto potencial dinámico, y además tienen un poder microbicida enorme... El argumento: no lo entiendo, no lo admito; no lo veo, no lo creo, es anticientífico, —No me explico adónde va usted con esos re- cuerdos. —Voy derecho al tema. Los misterios que no se ven tienen para el hombre la magia de la mejor luz. Las verdades del dogma encarnan en su obs- curidad el potencial lumínico más grande. «La má- xima luz», y en cuanto al poder microbicida, debo deciros que nada agota en el hombre mejor que el terrible misterio del infierno el insaciable afán de placeres. El microbio del vicio, de todos los vicios, muere ante el pensamiento del infierno. Es la te- rapéutica moral más sana y más eficaz... Solo esta verdad bastaría para apartarnos del mal. Esta ver- dad terrible Che nell pensier rinuova la paura... —¿Cómo demuestra usted, pues, la existencia de ese dogma espantoso? —Es un dogma que late en la conciencia del gé- 10 La eficacia del misterio in- visible,