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144 EL PROBLEMA RELIGIOSO tal, se descompone en otra serie de rayos que da los colores del iris». Pero además de estos rayos percep- tibles por la retina, existen otros rayos invisibles del lado de los rayos llamados infrarrojos, que son calo- ríficos, y del lado de los rayos morados o violeta llamados ultravioláceos... Estos rayos, aunque in- visibles, desarrollan gran energía química y han abierto un campo inmenso a la ciencia, ofreciendo base a transcendentales descubrimientos... —¿A cuento de qué me recordáis ese principio físico? —Pues a cuento del infierno precisamente, y de lo que no se ve, pero que existe; y para deciros que hay cosas invisibles de suyo pero de una verdad y energía insospechadas. La creación de industrias ma- ravillosas han obedecido a ese mundo invisible... y de ello trató el mismo Berthelot. El entendimiento diáfano no se maravilla de lo invisible y misterioso; como el prisma del cristal se presta a variedades de colores y notas, y aunque su retina no perciba la verdad en su realidad, no se asusta... El vidrio ordinario, en cambio, no deja pasar estos rayos de que hemos hablado, sino que los absorbe; es preciso usar la lámpara eléctrica de vapor de mercurio en el vacío con envoltura de cuar- zo para dejar pasar dichos rayos... que aplicán- dolo a nuestro caso digo, que ciertas mentalidades oscuras no gustan de lo invisible... todo lo absor- ben en su potencialidad sin dejar que brillen aque- llos rayos que nos dan el iris de las verdades de

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