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Argumento de rorrelatividad. 140 EL PROBLEMA RELIGIOSO —Para el vuelo del águila están los altos picos y los horizontes espaciosos; para las aspiraciones del hombre están las regiones de la eternidad. Dios que nos quiso águilas en nuestras tendencias puso nues- tro nido de reposo allá en los picachos de lo futuro, en los collados eternos... —¿Es que nos vais a cerrar por completo la puer- ta de la dicha en la tierra? —Si os creéis dichoso yo os felicito: En la tie- rra el corazón humano va mendigando la dicha a las puertas de las criaturas... Va mendigando de puerta en puerta la limosna del amor. Por mucho que tenga, como nada terrenal está cortado a la medida de su corazón siempre las criaturas le dejan hambriento de otras dichas. Al momentáneo goce sucede nuevo deseo de gozar. Tras la desilusión vie- ne el cansancio y después el hastío. Le oigo a Job exclamar después de ser Principe: Tedet animam meam vitae meae... El tedio de la vida llena mi al- ma. Escucho a Salomón rey opulento y el más sa- bio y prudente que añade: Teduit me vitae meae. Me dió tedio la vida. ¿Entonces que nos queda? Expecta Dominum viviliter age. Obrar varonilmente y espe- rar en el Señor. Séamos águilas, no séamos simples reptiles. Remontemos el vuelo hacia el fin. —Muy hermosa lección acabo de recibir. Os es- cucharé con gusto otra prueba. —Debemos pensar que como toda función biológi- ca tiene un correlativo en la realidad, de la misma suerte toda aspiración innata en el hombre responde