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LA VIDA FUTURA 155 —Así es. Las plegarias sobre las tumbas han que- rido decir a las generaciones futuras que también ellos, sin ser católicos, han sentido entre el polvo de la muerte la esperanza eterna... La voz de todos los pueblos y edades es la voz de la naturaleza y la naturaleza no miente. —No rechazo el argumento, pero busco algún otro que me haga más viva la creencia en la vida futura. —La verdad así como es independiente del tiem- po, eslo también de los deseos del hombre. Por gran- de que sea el interés de algunos filósofos porque to- do termine aquí, una voz del fondo les dice que puede ser verdad la existencia futura. Como por otra parte la verdad es alimento del alma quien sin- ceramente siga esa interna voz, con sólo seguirla se encontrará palpando con las manos las puertas de la eternidad. La inteligencia y la verdad cuando no hay obs- táculo por medio, son como el imán y el polo que se atraen irresistiblemente. —¿A qué me trae usted este argumento? —A que os fijéis bien en esta conclusión: Que la inteligencia puesta en el camino de la verdad tie- ne que seguir hasta la verdad suprema cuya pose- sión desea y no la alcanza en este mundo. En esta vida el entendimiento sufre más que goza, porque quiere abrazarse con la verdad pura, y la verdad hu- ye de ella. Luego debe de esperar un momento de esa posesión en la otra vida. Como aquel que se em- barca en un rayo del sol siguiendo su ruta tiene que Nuevo argu- mento, El en- erdimiento bus- ca la tura. vida fu-

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