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LA VIDA FUTURA 127 —Me parece razonada esta clasificación. Pero me Diferentes ti- ha dicho usted que cada orden de verdades debe uti- a y lizar una demostración propia, adecuada... —Exacto, Sería ridículo exigir una demostración geométrica para las verdades del grupo histórico, De ahí echaréis de ver qué exhorbitancia es exigir con ciertos filósofos pruebas absolutamente geomé- tricas para las verdades del tipo religioso. —Nunca me había fijado en una observación tan prudente. —Así veréis al mismo tiempo que si la compren- sión arguye fuerza de juicio, en cambio el deseo de explicarlo todo arguye debilidad filosófica. Pedir que la religión se reduzca a un teorema matemático, es una incapacidad mental. Sin embargo, siendo una exigencia irracional, se la califica de científica, ab- surdamente, —Es sólo un afán de saber y conocer todo. —Fijaos bien en esta expresión: el conocer que existen cosas que nosotros no podemos saber, cons- tituye un conocimiento tan precioso y seguro como un teorema. Sin duda, no puede prestarse a la cien- cia mejor servicio que la exacta determinación de sus límites, ha dicho perfectamente Chalmes. —¿Con esto me quiere usted advertir que la vida futura no es demostrable? —De ningún modo. Os quiero decir que hicisteis mal en reclamar de mí una demostración científica sobre la vida futura. —¿Pero la podéis demostrar?

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