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CAPITULO VII LA VIDA FUTURA «Mientras se mantuvo firme- mente adicta y fiel a la creen- cia de que la vida terrestre no era otra cosa que una pre- paración para la vida celeste donde alcanzaría la felicidad absoluta y eterna, pudo el hombre estar persuadido de ha- ber hallado la clave que le descifrara el enigma del uni- verso (1).» Cayetano Negri, racionalista empedernido, —Permítame le pida una demostración científica Demostración de la vida futura que me anunciaba usted en la úl- A -. e tima explicación. —No hacéis bien en exigirme sobre el tema una demostración científica, porque la vida futura no depende de nuestras investigaciones... Todavía la ciencia no ha descubierto un telescopio para es- crutar a través de la tumba... Cada orden de co- nocimientos en buena lógica requiere pruebas espe- ciales. —¿Qué me quiere usted decir con eso? o (1) Segni del tempi.