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La nueva vida. 124 EL PROBLEMA RELIGIOSO rán las estrellas y se conmoverán las virtudes del cielo... (Ibid) y enviará Dios sus ángeles con trom- peta y grande voz, que dirán: «Surgite mortui et venite ad judicium». Levantaos, muertos, y venid a juicio. Todos los grandes caminos de la vida conducirán a un lugar donde se reunirá todo el género humano para saldar sus cuentas con Dios. De este modo ten- drán cabo las cosas humanas y las que para el hom- bre se hicieron. El tiempo presente nos lo da el Se- ñor para obrar nuestra salud... y el tiempo futuro empezará cuando terminen las cosas de ahora. —El pensamiento que me apuntáis supone que después de esta vida habrá otra. —Eso enseña la religión, porque el hombre fué creado a imagen de Dios para servirle en esta vida y después gozarle eternamente. El acabamiento del tiempo presente está en relación con la recom- pensa futura. En ello veréis que, como obra de sa- biduría, trae el hombre a la tierra una misión que llenar y que llenada esta misión será llamado a otro destino... Allá en el juicio saldará sus cuentas. —; Destino ! —Esa es la palabra concordante con el fin último. No fuimos hechos solo para vivir aquí una cantidad cualquiera de años: estamos en un estado de mere- cer lo que después ha de venir. Como todp el que cumple una misión goza de su mérito y el que no la cumple se hace indigno de él, así el hombre luego de esta vida pasará a recibir su galardón o su castigo.