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sión se desarrolla, crece, y cuando llega al má- ximo cede su lugar a la crisis de agitación... Que estas ideas y sentimientos de insuficiencias estén latentes en la conciencia, pase; pero al produ- cirse se nota un desarrollo, y luego se tiene con- ciencia del paso de un estado a otro... Los yi- dentes de Limpias que tienen conciencia del es- tado presente y de la realidad pasada pueden testificar si notaron en ellos cambio alguno psi- cológico o anormalidad neurótica. Admitiendo ahora la teoría de Spencer, de que la sensación es el estado fuerte y la imagen el estado débil, dire- mos que en los favorecidos de Limpias tan clara es la sensación como definida la imagen, con la misma serena psicología del sér que atiende con- cientemente a lo que siente y a lo que ve... El carácter de realidad de aquellas visiones es para ellos innegable. Si la sensación tuviese en ellos un carácter de realidad y la representación un carác- ter de irrealidad, sería por eso mismo imposible confundirlas, además de que eso está en abierta contradicción con experiencias psicológicas. s claro que el régimen de las imágenes está íntimamente ligado con el estado del cerebro. Muchos han señalado localizaciones cerebrales correspondientes a las sensaciones visuales audi- tivas, etc. ; señalan, v. g., para los fenómenos vi- suales una parte situada al rededor de la cisura cal- carina, especie de retina cortical que percibiría las