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qué no había de existir ese error para todos los que van a ver el bendito Cristo? ¿Por qué para unos sí y para otros no?.. Es la terrible argumen- tación que aplasta a los que quieren atribuir el fenómeno a una causa natural existente allí en el momento de la visión. No echemos mano de paradojas visuales donde no hay distancias ficticias sino reales, ni arte- factos creados por el hombre para engañar las gentes. Cuando tenemos que atravesar sobre un madero estrecho, puesto en alto de un río o un ba- rranco, hay de hecho una falta de acomodación de la vista (además del susto al frente del peligro) y nos sentimos inseguros en nuestros pasos; pero cuando la superficie por donde andamos es ho- róptera, no hay tal error y da seguridad al paso. Así es normal y segura, en Limpias, la visión del Santo Cristo que da la seguridad de la sen- sación ocular. Además, no se olvide que la imagen retinal es medio en que se ve el objeto; pero no el objeto mismo ; de suerte que si representa un Oristo mo- viendo los ojos o abriendo la boca suavemente, es que ese objeto externo se retrata en la retina. Efectos de la luz y del colorido, puede recibir- se una impresión de contraste simultaneo, porque es evidente que un disco gris se obscurece sobre fondo blanco y se aclara sobre fondo negro, es verde sobre fondo rojo y se azula en fondo amarillo. La