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Neurosis. ¿Pero el fenómeno de Limpias tiene ese caráe- ter? ¿No puede más bien atribuírsele a una mani- festación neurótica de simple equivocación visual oaengaño imaginario por un esfuerzo imagina- tivo? Realmente las apariciones o visiones Corpo- rales están sujetas a ilusiones... En el caso que estudiamos no es raro formular este principio: «Han ido a ver; han querido ver; han visto por efecto ilusorio... ». Es verdad que la imaginación tiene gran poder perturbador; allí es donde— como dice San Juan de la Cruz — acude ordina- riamente el demonio con sus ardides... En esta época de neurópatas no deja de haber ilusos... ¿Merece agruparse a este campo de ilusorios a los que han certificado las manifestaciones del Cris- to de Limpias? ¿Puede conceptuarse como histé- ricos, neurasténicos o de otro modo de morbosidad neuropática, a los doctores que han firmado el he- cho y a los incrédulos que han ido a Limpias por mera curiosidad o tal vez con deseo de hacer una información inexacta, y que luego se han conver- tido en apóstoles del hecho sobrenatural? Aun dado que haya alguno entre ellos cuyo mecanis- mo nervioso o fisiológico estuviese afectado de degeneración, ¿habían de ser todos? Es imposi- ble, no es racional pensar así... No es racional