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— 48— rial ni formal en la escultura, pero bajo la inter- vención del mismo Cristo poderoso, que obra en la retina, en el aparato de la visión, resultado que es una gracia gratuitamente dada, porla cual Dios se manifiesta sobrenaturalmente en realidad o en re- presentación. Por consiguiente podría darse, en el easo de Limpias, un fenómeno de esta índole, que no supone, absolutamente hablando, ni obje- tividad real en el término de la visión, o sea en la escultura ni estado de gracia en el vidente. Y aunque es verdad que en el terreno místico Dios no da tales visiones sino a personas justas y ade- lantadas en virtudes, es también evidente que en nuestro caso, intentando Dios convertir a ciertos sujetos o conseguir determinada finalidad, puede obrar de esta guisa en el santuario de Limpias. _Entiéndase que hablamos de lo que puede ser. Por otra parte, aunque lo de Limpias tiene razón de aparición más que de visión, para el caso es lo mis- mo, puesto que los místicos acostumbran llamar indistintamente visiones corporales o aparicio- nes. a todas las manifestaciones extraordinarias bajo forma material y corporal de un objeto que no podría verse sin sobrenatural auxilio. Para nosotros, particularmente, el concepto de visiones supone sobre el de apariciones la propie- dad de la inteligencia del misterio oculto en la misma aparición.

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