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e O < 1. « Certifico haber visto (después de no ereer a quienes me lo afirmaban momentos antes) ce- rrar y abrir los labios, como si pronunciase un monosílabo, y dirigirme una mirada fija, y trans- formar el rostro, contrayéndose y mostrando arrugas, a la imagen del Cristo de la Agonia, no siendo ilusión óptica, por haber pasado esta ma- ñanauna hora mirando con gemelos desde dis- tintos puntos de la iglesia; ni fatiga física óptica, por haber seguido mirando durante la función, sin haber logrado volver a verle; ni efecto psi- cológico, por estar completamente tranquilo an- tes y al entrar, sobre todo, porque no lo creía, — Jesús del Hoyo, médico. Salto Caballo; » ; 2. « Certifico haber visto el día 6 de julio de 1919, desde la mitad de la iglesia, mover, el San- to Uristo de la Agonía, la cabeza, de izquierda a derecha por dos veces separadas, ambas por un intervalo de diez minutos, estando yo en perfecto estado de nervios y con la circunstancia de que nunca lo había creído. — Antonio Vallina Pla- cios, estudiante de medicina. Julio 7 de 1919. » 3. « Declaro y juro que por tres veces vi inyec- tarse los ojos del Señor y aparecer en su divina boca sangre, que proviniendo del interior se agol- paba sobre el labio inferior como si fuera a reba- sarlo. Por tres veces los vi con toda claridad el domingo 25 de mayo y al volver en aquella se-

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