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gios que a pedimento de don Diego de la Piedra, caballero profeso de la Real y militar orden de Santiago, vecino de la ciudad de Cádiz, ha conce- dido perpetuamente nuestro muy santo Padre, el señor Pío VI, Pontífice actualmente reinante, a la iglesia parroquial del señor San Pedro del lugar de Limpias, del muy noble y muy real señorío de Viz- caya (1), según consta de los buletosy rescriptos. » Puede creerse, a juicio de algunos críticos, que el altar donde está el Cristo fué encargado expre- samente para colocar la divina escultura, y de ahí que coincidan las fechas de la traslación de la imagen (1768) y el estilo del altar que, como que- da dicho, corresponde a dicha época, aunque la iglesia sea obra del siglo XVII. Desde el 30 de marzo de 1919. En los anales de la pintoresca villa habrá que registrarse con cariñosa complacencia esta me- morable fecha. Desde el año 1768 hasta el de 1919, pareció vivir oculto el amor de aquel Cristo de Limpias; sus ojos no brillaban a ta luz de la vida; sus labios no se abrían a la respiración ; en su muerte sacrosanta se le honraba y veneraba. Hubo, no obstante, un destello de vida, de ilumi- (1) En aquel tiempo dicho pueblo pertenecía al señorío de Vizcaya.