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_ 20— y al punto el mar se vuelve todo calma ; de Dios y de María en honra y gloria se erigió en gratitud esta memoria. Así queremos reconstituir la historia en su ver- dadera forma. Claro es, dice el doctor Amador y Carradi, que en la inscripción, meneionando el nombre de la santa titular de la iglesia, frente a la cual se halla colocada la lápida, se omite el nombre del Cristo de la Agonía y el de otras imágenes que, según la opinión de eruditos varo- nes gaditanos, fueron sacadas en rogativa; pero ya se sabe que, a veces, una sola inscripción no explica todo el suceso, y en lo que hace al Cristo dela Agonía, verosímil es que tuviera en aquel suceso el origen de su traslación, sin que noso- tros veamos prueba clara que lo acredite. No se concibe, en efecto, fácilmente, que imagen de tamaña celebridad pasara de un pueblo a otro sin protestas. El conde de San Isidro. Se le considera a este ilustre prócer como ge- neroso donador del Cristo. Que fuese el Mecenas de las artes parece indubitable; tampoco parece poderse dudar que en su casa de Cádiz tuviera coleccionadas varias obras de mérito, distinguién- dose entre ellas esta admirable escultura.

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