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— 245— de los videntes, que en número de cuarenta testi- ficaron uniformemente y sin género de duda ni vacilación en favor de la verdad del prodigio. El 28 decretó que se convocara una junta de teó- logos compuesta de personas más calificadas del clero secular y regular, Después de maduro exa- men el 31 de mayo publicó el decreto resolviendo: 1” Que el hecho verificado el 20 de abril en el Colegio de padres jesuítas estaba comprobado como históricamente cierto; 2" Que este hecho, en las circunstancias que acaeció, no puede explicarse por las leyes natura- les ; 3” Que este hecho, por los antecedentes y con- secuencias, no puede atribuírse a influjo diabólico. Que por consiguiente puede creerse con fe humana y que por lo mismo puede prestarse a la Imagen que lo ocasionó el culto público permiti- do por la Iglesia. Digamos también que en Lourdes, después de las 18 apariciones de la Virgen a Bernardita, lo más selecto de la sociedad todavía meneaba la cabeza en sentido de duda, y muchos escritores publicaron que se trataba de una farsa y que Bernardita se hallaba neurótica y loca. Sin em- bargo, en 1862, tras de un proceso serio, el obispo de Tarbes decía en una pastoral : «Nos juzgamos que la Inmaculada Madre de Dios se ha apareci- do a Bernardita Soubirous hasta 18 veces en la