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ia MA AR E dc ad ii A q j 4 E ie ar | nuestra humilde contestación al libro del padre Urbano. Por eso no es ella completa pero sí lo- bastante clara para orientar la opinión impresio- nada ante la aparición del Estudio crítico. Pode- mos decir, sin pretensión ninguna, que nuestra modesta labor orientadora fué muy bien acogida por la clase sacerdotal en general. Al incorporarla ahora al breve folleto que hemos consagrado al Cristo de Limpias no pre- sumimos en ningún modo de haber acertado en todo y de haber logrado completamente nuestro intento. Pongamos remate a nuestro trabajo con las palabras de Balmes : «Cuando hay causas segun- das el mérito de la filosofía está en señalarlas, pero cuando no existen este mérito se cifra en elevarse a la primera causa». (Filosofía fun., tomo 2”, cap. 16, n* 95.)