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EA PA repugna a ningún documento teológico y que es posible en absoluto admitir la teoría de la biloca- ción aun para el cuerpo de Jesucristo. Todavía queremos insistir en el pensamiento teológico de la aparición de Cristo en su realidad visible. El señor Camporredondo, para exponer su teoría, habla de que el cuerpo se ve tal y como quiere dejarse ver el glorificado, sin que sea pre- ciso ver en la propia especie ni en su totalidad, ni por todos los presentes. Para ello aduce la cita de Santo Tomás que aparece en el mismo texto de la Suma al tratar de las apariciones del Niño Jesús en la Hostia Consagrada. La cita corresponde al suplemento de la Suma, q. 85, artículos 2 y 3. El padre Urbano arremete contra el señor Cam- porredondo diciendo que es una falsedad atribuir tales ideas a Santo Tomás y se hace firme con lo que el Angélico expone en la 3* parte, q. 76, a. 8. Pero la verdad del caso es que Santo Tomás no puede negar nunca que aunque el cuerpo de Jesu- eristo está en la propia especie en el Cielo, lo esté también realmente en la Eucaristía... Tenemos, pues, que el cuerpo glorioso puede es- tar en varias partes, y está de hecho... El señor Camporredondo no habla de si está o deja de es- tar en la cruz durante las apariciones in propria specie o de otra manera. A él le basta con sentar como hipótesis sin defenderla y decir : « Dichos fe- nómenos se realizan en el cuerpo glorioso del Señor

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