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— 210 — dicial para la retina a causa de los rayos ultra- violáceos que contiene la luz de esta clase y que la luz, aparentando más clara visualmente cuando más rica es en rayos amarillos, puede ofrecer ma- yor irregularidad Cuando se acumulan dos luces, la natural y la artificial, pueden darse fenómenos de contraste simultáneo sucesivo o de contraste limítrofes, pero son éstos fenómenos funcionales del momento, de aquel caso y no efecto de la físi- ya orgánica ni de la histología del órgano. Por eso es fácil advertir y corregir un error de esta naturaleza, sobre todo por los profesionales y técnicos, a cuyo alcance hemos de suponer que están las elementales nociones de óptica. Puede darse sano el órgano receptor (retina vía central) y estar enfermo el cerebro, que inca- paz de apreciar las impresiones da base a funcio- nes neuróticas, alucinaciones y engaños. Pero cuando el cerebro tuviera alguna anormalidad ¿sería sin previo aviso hasta que estuviera en fun- ciones delante del Cristo de Limpias?... Si supo- nemos que sean «ambliopatas », que no sepan distinguir bien los objetos, pareciéndoles pálidas, v. g., todas las fisonomías ¿únicamente en aquel preciso momento han de sufrir de esa anormali- dad «y no lejos de allí» ? Y aun dado que pueda ser, y admitidos como posible que muchos de los videntes del fenómeno fuesen víctimas de engaño patológico, ¿ habían de ser todos ?... ¿Todos los