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> DO: ds píritu realista. Hemos examinado atentamente este maravilloso Cristo, en una capilla obscura del museo valisoletano. Su rostro es de una expre- sión amante, los ojos y la cabeza inclinados y mo- ribundos, la boca bastante abierta como de quien respira penosamente... Es un tesoro representando a Cristo en la Cruz. Martínez Montañés (1649), con quien se afianzó la escuela sevillana, tiene un Crucifijo en la cate- dral que le hace próximo pariente si no autor del de Limpias. Algunos hallan muchas analogías en- tre éste y el Cristo de la Expiación, pero también tienen diferencias notables. Lo que le da probabi- lidades de ser el autor del Cristo de Limpias es la semejanza de éste con el Cristo de Vergara. Pedro de Mena (1693) es discípulo de Cano, pe- ro que superó al maestro, y tiene la mayor copia de probabilidades para ser autor del Cristo pro- digioso. Él fué quien creó y caracterizó mayor nú- mero de tipos de imágenes religiosas. Nosotros re- cordamos con agrado que tiene un ciclo casi com- pleto de santos franciscanos. Sus obras son del más noble realismo y aunque casi nunca sue- na su nombre, en España, las obras religiosas más populares y conocidas son de él. Algunos se inclinan a creerle autor de este Cristo por su ca- racterística, que era la línea de la cabeza y del rostro, dejando imperfecto el cuerpo. Ciertos crí- ticos han señalado en el Cristo de Limpias la fal-