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188 —= vamente en el estudio que comenzó a publicar su director (el de Rosas y Espinas) en la Ciencia To- mista en octubre... Definitivamente resuelta ya en octubre y ¿todavía fué preciso escribir otro libro para orientar la cuestión ? ¿ El padre Urbano pen. só acaso definir el tema y el asunto despreciando a todos los que informados ocularmente en Limpias escribíamos sobre los sucesos ? No obstante se cura en salud y se guarda la ropa diciendo que él no niega la posibilidad del milagro... ¡Pues podía haber llegado a eso!... Mas, cualquiera que lea el libro con tranquilo juicio sacará de su lectura esta conclusión : «No sola- mente pueden obedecer a psicosis sino que casi con seguridad aquellos sucesos son neuropáti- COB»... Oreemos sinceramente que este era el pensa- miento interior del autor al escribirlo... No tenía en la mente la idea de hacer una labor neutral, sino labor de orientación negativa respecto a la sobrenaturalidad de aquellos fenómenos. De ahí eso de llamar milagreros y supersticiosos a los que honradamente decían que allí debía existir una intervención prodigiosa. No hubo ni uno solo, que nosotros sepamos, que definiese o asegurase la sobrenaturalidad de los sucesos; todos los que pusimos nuestra pluma a contribución del tema protestábamos de que re- solver el asunto correspondía a la Iglesia, y mien-