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El nuevo informe del doctor Naveda. Calificamos de prodigiosa o maravillosa la cura- ción que obtuvo aquel bueno y digno sacerdote coadjutor de esta parroquia de Santa María de Castro, en el artículo que sobre dicha curación tuvimos el honor. de remitir y fué inserto en las columnas de El Diario Montañés del viernes 26 de septiembre último, AMÍ dábamos como probable diagnóstico de la enfermedad, la hemorragia cerebral, esto es, la apoplegía sanguínea. La rapidez o brusquedad del ataque, la instan- taneidad en que pasó de la salud a la enferme- dad, la falta de pródromos o de indicios que de- notasen de antemano que algo se fraguaba en el cerebro o contenido encefálico de aquel sujeto, apto hasta entonces física y moralmente para to- da ocupación material o mental, me hicieron pen- sar en aquel diagnóstico, por presentar todo el cuadro de síntomas que le caracterizan. La única duda que sombreaba aquel juicio era la rapidez con que se resolvió la parálisis de los miembros, brazo y pierna izquierda, en el cortísimo sueño de cinco a diez minutos des- pués de la imposición de la estampa del Santo Cristo sobre la mano y muslo del lado para- A lítico acompañada de la tierna deprecación o