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—= 107 — años que medito todos los días sobre vuestras santísimas llagas y sobre los dolores de vuestra Santísima madre y Madre mía, y que durante el mismo tiempo he rezudo un rosario de quince dieces diariamente : acordáos, Señor, que soy vuestro siervo». Y por este estilo otra jaculatoria, entre ellas : «no me dejéis impedido en mi vejez, pero cúmplase tu voluntad y no la mía ». «Dicho esto quedóse dormido durante unos cinco a diez minutos y al cabo despertóse com- pletamente distinto; la parálisis del brazo, de la pierna y de la cara había desaparecido total- mente... « Cuando fuí a verle por la tarde pude contem- plar el sorprendente fenómeno, la curación com- pleta de este enfermo, y el modo maravilloso cómo se había efectuado. En mi larga carrera profesional, ejercida sin interrupción alguna du- rante cuarenta y nueve años, he visto desfilar delante de mi vista multitud de paralíticos de todas clases, jamás he visto una hemiplegia — que todas las probabilidades hacen desprender de hemorragia cerebral — que haya curado tan re- pentinamente. «Bien se me alcanza que hay parálisis curables e incurables, que no tengo necesidad de clasificar en este trabajo, pues se dirige al público en ge- neral; lo que puedo decir es que nunca he visto a curación de ninguna en tan poco tiempo, ni