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164 — El documento. Habla el doctor : « No quiero, no puedo dejar en silencio un caso extraordinario de curación verificado ha pocos días, en la escalera de mi casa, en el cuarto piso, en la persona de un enfer- mo cliente mío desde ha más de treinta años. «Se trata del presbítero coadjutor de esta parroquia de Santa María, don Vicente Rodrí- guez Miranda. Tiene este señor 67 años de edad, y el examen de sus órganos, arterias y córnea demuestra que no sólo consta aquella edad en la partida de bautismo, sino que consta también en todo su organismo. «Hace años que padeció de intensas hemorra- gias nasales, que después, con menos intensidad, vienen repitiéndose con frecuencia ; son bastantes quebradizos los brazos. Perdonad que hable algo médicamente. Aunque me dirijo al público en general, no quiero prescindir del todo de mi ca- 'ácter profesional para llevar también mis con- vicciones al ánimo de mis compañeros de profe- sión. « Había pasado por mi imaginación remitir este mensaje a la misma Academia de medicina, pero tengo siempre en cuenta lo que dijo hace muchos años el sabio don José Letamendi con motivo de la vacuna anticolérica del insigne doctor Ferrán.