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— 140 — recido y similar en el orden histórico ?... Es que hay gentes que resuelven ser imposible lo que no llegó a su mente o por vía de comprensión o por noticia precedente. Por nuestra parte, debemos declarar que no he- mos realizado una investigación en el campo de la historia sobre un caso semejante. ¡Pero es que todos los prodigios necesitan tener un nexo de similitud, un lazo de participación modal?... El modo es un accidente, la substancia del caso es el poder operador de la maravilla, y a ese poder ma- ravilloso sólo se le puede oponer la repugnancia... %s decir, que ello desdiga de Dios y repugne a algún atributo suyo. Mas, ¿qué repugnancia pue- de haber en que nuestro Señor se digne mirarnos por los animados ojos de una escultura? ¿Qué re- pugnancia puede hallarse en que un Cristo mire y hable y se desprenda de la eruz para manifes- tar cualquiera de sus atributos divinos (1)? Nin- guna... (1) Generalmente, semejantes señales de Cristo ocurren en premio de un acto virtuoso y hasta heroico. La Iglesia, en el oficio de San Juan Gualberto, dice que este santo al entrar en la iglesia de San Miniato notó que la imagen del Crucifijo inclinaba la cabeza. Obedeció el prodigio a un acto heroico de caridad que hizo el santo, recibiendo como hermano sin herirlo, como pudo verificar, al matador de su propio hermano (Breviario, 12 de julio).

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