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— 136 — tampoco sobre los fenómenos de la sangre de San Genaro. En 1877 fué interrogada la Sagra- da Congregación de ritos por varios obispos so- bre si las apariciones eran aprobadas por la Sede apostólica, y con fecha de 12 de mayo, con- testó que ni «aprobadas », ni «condenadas », sino tan sólo permitidas como dignas de ser pia- dosamente creídas con «fe humana », según la tradición que tiene confirmada con idóneos tes- timonios y monumentos. Dejemos, pues, a la pru- dente autoridad eclesiástica obrar conforme Dios le inspire... No tengamos prisa ni azoramientos... Tal vez si, tal vez no, podamos sumar los suce- sos de Limpias a las apariciones del siglo xIx: « Medalla Milagrosa » (noviembre 1830), « La Vir- gen de las Victorias » (3 de diciembre de 1846), « Lourdes » (11 de febrero de 1858). Como es sabido el 25 de marzo la aparición de Lourdes dijo a Bernadeta: « Yo soy la Inmacu- lada Concepción », nadie oyó ni vió cosa, sino la niña privilegiada. También entonces otras jóve- nes se vendían por videntes, pero luego se com- probó su impostura permaneciendo como verda- dera la de la famosa niña que ha traído de todo el mundo devotos y admiradores a la gruta mis- teriosa. Mas, sin andar en todo esto a caza de milagros, procuremos avivar la fe en nuestro adorable Redentor, y advirtiendo en todo lo que ocurre un claror de cielo, bendigamos la mano

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