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— 133 — maravillas en el Cristo de Limpias se nos antoja que es lo mismo que preguntar con Undson Tut- tle en su Historia y las leyes de la creación: ¿por qué ha dado el creador anillos a Saturno, que tiene menos necesidad de ellos que ningún otro planeta, puesto que está rodeado de seis lunas, mientras que el pobre Marte ha quedado en obs- curidad más profunda ?... ¿ Acaso la actuación divina debe darnos a cono- cer las reglas y procederes a que se quiere some- ter para obrar sus misteriosas manifestaciones? Pretender comprender o conocer las razones del obrar divino es tanto como querer reducir a impotencia la virtud del Altísimo... Y si los fenómenos vitales no pueden explicar- se, como pretenden « Johanes » y « Muller », por las solas leyes generales de la materia, ¿ quere- mos nosotros que los fenómenos sobrenaturales puedan explicarse por sólo las leyes de la razón ? Y si la materia es, como hace tiempo afirmaba During «bien diferente de como lo entiende el vulgo », ¿nos extrañará que el fenomenismo es- piritual sea también diferente de cómo lo apre- cia la ciencia ? Porque ved aquí un principio ya demostrado con harta frecuencia ; los científicos son generalmente «el vulgo », en lo que atañe al campo de la doctrina espiritualista; con ser la ciencia fuente fecunda de donde debe dimanar la vida, por arte del orgullo se convierte en ignoran-