BCCPAM000R09-1-32000000000000

CAPÍTULO VII Finalidad divina (1). ¿Qué finalidad puede perseguir Dios con ma- nifestarse en la escultura del Cristo moviendo los ojos y animando su boca y su pecho? Eso es cosa que sólo podría revelarnos Dios mismo. Aunque sólo sea hacer presente su poder, su virtud, y au- torizar con ello la fe y la veneración al Oristo... sólo eso bastaría para el caso... Ofuscar a los incrédulos que no explican el « cómo » de los mi- (1) En los milagros divinos siempre debe estudiarse el quid y el proter quid. En esto se entraña la finalidad di- vina que generalmente es una expresión de aquel verso: Universa propter semetipsum operatus est dominus (Prov. 16). Cuando Jesucristo resucitó a Lázaro recordaron los dis- cípulos que, antes de verificarlo, dijo el maestro Divino: infirmitas how non est ad morlem sed pro gloria Dei, ut glori- ficetur filius Dei per eam (Joan, 11-4). Este es un fin general primario de los prodigios que obra Dios. Los fines secundarios de que ahora se trata se ordenan al primero.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz