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e —¡Friolera!—añadió el niño.—En un año nos pode mos morir. ¿Cuando vuelvas nos querrás como este año?—in terrogó Antoñita. ¿Tú me quieres mucho? preguntó él. A los hombres no se os puede querer mucho, porque luego hacéis lo que Luisito: enfadarse y mentir y echar' la culpa a una. Esa niña ha dicho el Evangelio—observó María. Si te empeñas te voy a conceder que no sabemos querer. : Has acertado: “no sabéis querer”-—dijo con retintín; derrocháis tal vez el corazón inútilmente. Temo que resuciten los muertos. . y te vuelvas a nuevas vacacio- nes con otras “alegrías” y sin corazón. Quiera Dios que encuentres un ángel en el camino del amor. Un ángel ' que te salve. :
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