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E pero las contrariedades son como el viento que se levanta en el camino; con respirarle parece que se ensancha el corazón... “Querido papá: No me esperes; aunque ha sido yio- lenta mi escapada, también fué violento el dolor... Un viento nuevo ha pasado por mi frente. Suspiro aire lim. pio, que me refresca el espiritu. Algo he aprendido en la vida y quiero aprovecharlo. Quisiera vivir entre las plu- mas de las aves para andar más alto que la tierra, para no tocarla nunca... Veo que la mano de Dios escribe bien en nuestros corazones. Las contrariedades crean un nuevo hombre o lo transforman cuando se saben sobre: llevar con fe... * Por el membrete de esta carta sabrás dónde estoy,— Gaudencio”.

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