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== ¿60 —Es que se acerca la hora de las cosas graves. Sí, acentuó Paco; lo más grave de la vida y lo más divertido a la vez, es casarse El pensamiento de ca- sarse divierte;el casamiento es, sin embargo, muy grave —No estáis nada lírico, chico—repuso Marichu. —Pues créeme, María. Mientras los novios nos entre- tenemos enfilando las perlas de nuestros amores, vivi- mos cantando; cada vez que reanudamos el hilo de esa sarta maravillosa de promesas, soñamos; luego viene la realidad. —¿Sabes que no me hace pizca de gracia esa teoría, Paco?—sollozó Angelita ¿Con los sufrimientos que uno tiene en la vida, todavía quieres sombrear este cua- dro que nos sonríe? —Pero pongámonos en razón, Angelita... Estamos resueltos a casarnos; es nuestro destino, es nuestra vo- cación. Creemos tener fuerzas para luchar en la vida y pensamos que lucharemos mejor “dos en compañía”, pero el matrimonio debe ser siempre la cosa más grave y más seria. —¿Te has enterado, Gaudencio?—agregó Angelita. —Es el orden en el amor. —Luego es obra del amor y el amor todo lo puede—-ex- clamó triunfante Angelita. En aquel momento la campana de la torre de la igle- sia doblaba como de costumbre al “Angelus”. Anoche- cía... Los dos jóvenes, a una indicación de María, se descubrieron. Ella, con voz dulce, melódica y espiritual, empezó las “Oraciones”. Angelita se recogió como un rico clavel que quiere mirarse en el fondo y extraer su perfume; cerró los ojos, juntó las manos, inclinó la ca-