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A AN AT a II a 168 — —Al anochecer está mi padre solo, tomando el frescg entre aquellos cipreses negros, mirando a sus discipli- nados eucaliptus. Dice que los hijos debemos ser como aquellos eucaliptus. En el jardín estaban, efectivamente, los dos Chicos, oyendo una contienda entre un ruiseñor y un pájaro extraño. Se acercaron las dos niñas asidas de la mano y rién. dose de la actitud extática de los chicos —¿Os han hipnotizado? irrumpió María. ¿No oyes?.. Una contienda de canto— dijo Paco.. Ese canto se une al hilo de nuestros pensamientos... Hay una frase que dicen que es de Castelar—aña- dió Gaudencio. -Este es de los que se encaraman a las cumbres—dj- jo Angelita, golpeándole con la mano su cabeza filosó- fica. —¿A ver qué frase? —"“Las ideas a veces se convierten en sueños ante un dúo”... —Pero hombre, ¡si eso no es dúo!—objetó su novia. —Yo no he dicho que eso sea dúo. .. Sino que hay ideas que se convierten en sueños ante un dúo... ¿Tú en qué soñabas ahora? —Una idea me hacía soñar. —Pero ¿y el dúo? —Erais dos allá dentro y erais las voces del alma... o dos almas en voz... Venga ahora el sueño —El sueño es que... ¡hum!. .. Desde que te decidiste a dejar la Universidad te has vuelto muy “recalado” o cobarde...

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