BCCPAM000R09-1-25000000000000

A e 7 » e» , . — 152— Dolor de muerte El curso iba en plena calma. Gaudencio se hacía cada vez más estudioso y más hombre, Las palabras de su pa: dre al despedirle cada año, cuando se marchaba para la Facultad, eran invariablemente éstas: “Mucha volur- tad y honradez”. Corto programa y de eficacia absoluta. Habían pasado casi seis meses de estudio durante los que las cartas entre Gaudencio y Angelita merudeaban con el mismo fervor mutuo. Tenía Gaudercio un amigo que también parecía de una sola pieza, religioso y formal a carta cabal. Era hijo de unos excelentes industriales de Orduña. Con él tenía sus mejores ratos de camaradería y juntos se imponían a los díscolos, aunque nunca faltasen hijos de la libertad so- ñando sólo en vivir su vida. Cuando el curso llegaba al sexto mes, de repente se hizo más activa la correspondencia, para interrumpirse luego durante cerca de 20 días. Angelita anunciaba a Gaudencio que había tenido un fuerte contratiempo con la enfermedad de su padre, y que abrigaba temores de fatal desenlace. Las cartas que ahora le llegaban, raras y cortas, eran también más frías, algo secas y llorosas; por otra parte, Gaudencio compartía la amargura de la pena con ella. Se prometía ser cada vez mejor, para ser más digno de su cariño y de su amor, y para que su padre recobrara la salud; y hasta hizo una comunión muy fervorosa por este objeto. El mal del enfermo se complicó y al cabo murió el bueno de D. Andrés Gaudencio recibió una semana antes de este desenlace A aia E 33 “Y y ii e E

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz