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A o RR NIP eS A clas -- 116 — de la Asunción? Llevo estos tres nombres por recuerde de mi abuela, de mi madrina y del día en que nací. Conformes, hija. Y ¿a qué venía todo esto? —Pues nada menos que haciendo reminiscencias de hace 44 años y a propósito de un verso que encaja de perlas en el caso actual: El agua para ser buena Ha de salir de la pita, Y la mujer para el hombre Se ha de llamar Angelita. ¡Caracho! ¡Caracho! En la tierra de Aitor lo típico son las romerías En una época de calores como es el mes de Agosto y Sep tiembre son allí frecuentísimas las jiras campestres: las romerías. Un “chistulari”, un “atabalero”, algún viejo acordeón. Alguna pandereta cansada de estar ociosa todo el año, mucha frescura aldeana, garbo, sal, alegría, irrintriz “enladas”, canciones de amor y mucho aurreska y baile. A un lado del roco de la romería, una taberna, y allí a escote de los mozos, vino con agua y azúcar para después del baile. Aquel año Gaudencio tuvo humor, tuvo un mar de alegría, la desparramaba Jovialmente y con profusión. Quiso acudir a las romerías y bailar y hacer aurreskus. Este año no iba solo, ni con su hermana sola. Le acom-