BCCPAM000R09-1-25000000000000

109 al cabo todo lo que se quiere se alcanza con el favor de Dios. Me complazco en felicitarte cordialmente. Me he enterado de que ya no cuentas con Carmelina; que su- primiste un capítulo negro de tu vida que me marti- rizaba. ¡Si vieras, hermano mío, lo que hemos rogado Angelita y yo porque vencieras en la lucha! No desco- nozco los peligros de la vida de estudiante fuera de los lares paternos. Yo no puedo exigir de mi hermano que sea un San Juan Berchmans, pero tampoco podía vivir pensando en ti con honor, sabiendo que andaban a tu lado, en derredor tuyo o tú en derredor de ellas, almas infames. Hemos venido Angelita y yo a Bogoña a dar gracias a la Virgen. ¿Ves cómo te queremos? Que esto te sirva para cobrar nuevos bríos y que al llegar las nue- vas vacaciones goces más, mucho más que la otra vez. Los papás no saben por qué hacemos este viaje. Ellos te han creído siempre un joven formal y sin vicios y por eso al hablar de ti lloran de gozo. Angelita cada vez más amiga de casa y acordándose cuanto no mereces de ti y suspirando porque lleguen las horas pasadas. Lamenta muchisimo el que no te haya tratado antes viviendo casi en familia. Ella me dice que te envíe el corazón. No se lo creas. Ella no tiene corazón. Está constantemente en visiones. A veces quiero ver cómo es su corazón y me contesta que “vive fuera de ella”. ¿Sabes lo que me he sospechado? Que esté en relaciones y no me quiere decir con quién. A la Virgen le hemos dicho muchas cosas por ti. Escríbeme pronto. Tu cariñosa hermana MARICHU.” Gaudencio, en medio del contento que le causó esta carta, quedó profundamente intrigado. ¿Cómo sabía su hermana estas cosas a el solo reservadas? ¿Cómo supo lo de Lola Alegría y luego lo de Carmelina y ahora estos

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz