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Ue Revolución tendia a socavar todo fundamento de orden, el apostolado de la verdad debía trabajar por restablecer todo fundamento de paz... Por eso entramos con gusto en el entudio de este aspecto de la vida del Beato Gaspar que brilla como una estrellla en noche tenebrosa en aquellos agitados días de la Historia, desde el cielo amoroso y plácido de su ejercicio ministerial. Preparado para las duras fatigas de un apostolado incesante, venia del destierro con el alma abierta a todas las grandes ambiciones del bien, con el único deseo de ser útil a su patria y a su Dios... Venía cargado de expe- riencia de la vida en el, todavía, corto lapso de su existencia. Había andado muchos años y había to- cado muchas dolencias, que el dolor es el gran pe- dagogo del hombre, y la tribulación la sublime es- cuela de la virtud... El pan del destierro le había fortalecido el espíritu, y libre ya de aquel humano apego a sus padres, que podía retardar los avances de su carrera apostólica, podía decir que en adelan- te viviría para la Iglesia y para las almas. Muerta su cariñosa madre, contraídas «egundas nupcias por su padre, el apóstol de Cristo estaba capacitado espiritual y humanamente para formar una nueva familia cuya fecundidad enriquecerá la Iglesia con verdaderos hijos del amor y de la esperanza... Con este pensamiento, y teniendo a la vista el espectáculo mundial que no dejaba de contemplar con mirada de águila, resolvió establecerse solo. Para esto tomó sus últimas disposiciones referentes AMM AAA it rt rr

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