BCCPAM000R09-1-22000000000000

e Empero si remontamos un poco el vuelo y nos adentramos en la filosofía de la historia, será preci - so decir: Dios guiaba aquellos acontecimientos a un plan amoroso de su providencia. En medio de aquellos atropellos se labraba una piedra fundamen- tal o angular. Al mismo tiempo que la historia era nuevo testigo del poder de Dios sobre el poder de los hombres; al mismo tiempo que se clareaba fúl- gida y rutilante la prueba de la divinidad de la Igle- sia; en el seno de ésta se preparaba el espíritu de un varón robusto y fuerte, porque sola la tribulación prueba el temple de los aceros y forma la grandeza de los apostóles. Sobre los planes de Napoleón estaban los de Dios, que como hábil artista va modelando y cin- celando en medio de. los acontecimientos a los grandes varones escogidos para fines elevados... Para Dios, todo el imperio material de las naciones, no vale tanto como una sola alma; y todas las ca- tástrofes históricas podría permitir y dirigir para la santificación de un solo elegido. Cabrá ahora decir, que en toda aquella persecu- ción draconiana tenía Dios fija su mirada, y diestra la mano en la formación del gran apóstol de la Pre- ciosa Sangre? Ja victoria de Bailén, que indirectamente, se debió en parte a los capu- chinos; que no en vano tenía Cádiz su dictador, Fr. Mariano de Sevilla, que por tres veces, al frente de sus religiosos, apaciguó tumultos popula- res; que el P. Julián de Delica, fué el audaz apresador del general Fran- cheschi, y que sobresalieron también en aquella campaña el P. Baudilio de Samboy, el P. Pacífico de Málaga, Fernando de Montilla, Fernando Berro- cal, etc., etc.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz