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A Napoleón, que lo había de hundir: Formaban parte Prusia, Rusia, Inglaterra y, eventualmente, Austria... Mientras tanto, el Papa hallábase preso en Fon- tainebleau, y quiso el déspota emperador desquitar- se de sus reveses, humillando más a la Iglesia, pero de una manera artera y satánica, para no concitar contra él nuevos odios. A fuerza de amaños y de arterías arrancó al Padre Santo la firma de un con- cordato con techa de 5 de Enero de 1813. Pío VII había considerado aquella firma como un simple preliminar de acuerdos futuros que se sancionarían después de consultado el caso con los cardenales. Mas el sacrílego amañador, gozoso de haber sor- prendido la buena fe del anciano Pontífice, dió a la publicidad el acuerdo concordatorio con carácter de Ley del Estado y como norma para los asuntos ecle- siásticos. Acontecía esto el 13 de Febrero inmediato y luego con fecha 25 de Marzo apareció un Decreto imperial que decía: «Visto el artículo 10 del Concordato de Fontai- nebleau, hemos decretado y decretamos lo siguiente: 1.2 Concedemos gracia completa a los indivi- duos de los departamentos de Roma y del Frasime- DO QUE nO han prettado juramento apuesto a 10405 nuestros súbditos. 2.” A tal efecto, todas las personas serán pues- tas en libertad; podrán .volver a sus casas y tomar posesión de sus beneficios, si prestaren el mencio- nado juramento. 3.” Todos los que a primeros del próximo Mayo

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