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UE cerles dinero, comida y todo lo que precisaran para sus personas; pero Gaspar, sumido en su humildad, sólo aceptaba alguna pequeña cosa por no lastimar a las almas caritativas que les iban con los socorros. La fama del canónigo era comunmente elevada al grado de santidad, porfiando todos por visitarlo, pero el Gobierno lo prohibió expresamente». Como ésta existen otras cartas atestiguadoras de lo mismo que aquí se consigna,sobre todo dos de ellas, dirigidas a un prelado, en las que resaltan el amor y resignación de nuestro bienaventurado en medio de las más recias penalidades y los nobles sentimientos de su hermosa alma inflamada en llama de encendido amor de Dios. Volvamos, sin embargo, los ojos al Papa, por quien sus fieles hijos padecen tan acerba persecu- ción y veamos el motivo de la nueva severidad. kk Había vuelto el Emperador de su campaña de Rusia, llegando a París el 19 de Diciembre de 1812, Rrechazó todos los propósitos de paz por favora- bles que fuesen a Francia, porque no soportaba que al dejar el Imperio, éste fuese menor que lo había sido al fundarse en 1799. La desventurada campa- ña que acababa de terminar, hizo perder al gran gue- rrero mucha parte de su crédito, y las naciones que habían firmado tratados con Francia, impuestos a la fuerza, empezaron a querer sacudir el yugo na- poleónico, formándose la sexta coalición contra
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