BCCPAM000R09-1-22000000000000

cn mora AAA. Ds la canonización de San Carlos Borromeo, nos recor- daba Pío X su actitud frente al poder civil, aleccio- nándonos cómo hemos de proceder en casos seme- jantes, obedeciendo a Dios antes que a los hombres, Poco antes nos ponía a la vista el ejemplo de San Anselmo de Cantorbery, y en ambas ocasiones nos alentaba a que en guerra tan impía y estúpida, pro- movida, y propagada tal vez con ayuda de los mis- mos que más debieran apoyarnos y sostener nues- tra causa, pero que piensan que la Iglesia puede concertarse amigablemente con las máximas del siglo, debemos oponer vigorosa resistencia y reba- tir el asalto de los enemigos con aquellas mismas armas de que echó mano en otro tiempo San Carlos Borromeo y antes que él San Crisóstomo, Anselmo de Cantorbery y otros Santos. Presupuestas la contradicción y el escarnio, de- bemos seguir como buenos soldados de Cristo y correr por la paciencia la carrera que se nos pro- pone, mirando al autor y consumador de la fe Jesús... «Lucha, a la verdad, bien dura, decía Pío X, pero eficacísima para el bienestar mismo de la sociedad civil, aun cuando se retrase la victoria completa» (1). La misma alabanza que merecieron aquellos Santos ejemplares, merecerán en todo tiempo los católicos y sus valerosos caudillos cuan- do ni unos ni otros falten jamás en parte alguna a los deberes propios de los ciudadanos, ora se trate de guardar fidelidad y respeto a los gobernantes, (1) 'Encicl. sobre S. Carlos Borr. 26 Mayo 1910.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz