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= Y = como la fundación de una Congregación nueva, y en aquel abstáculo paternal debemos reconocer y adorar uno de los providenciales remedios a las desviaciones de la criatura en el camino real de la vocación. Era Gaspar de corazón verdaderamente filial y veía con ojos limpios como su corazón, en las de- terminaciones de sus padres, la voluntad divina. Creía firmemente que la justeza de su norma obe- diencial debería encaminarle hacia el ideal que debía realizar, según el plan divino. Díose de nuevo y con más ahincamiento al celo apostólico. Firmó como socio en el libro de muchas Cofradías romanas y distinguióse entre los más dis- tinguidos en las explicaciones catequísticas, según el Concilio de Trento, que se daban en el oratorio de Santa María del Llanto. Era esta una obra que en su nacimiento prometía grandes bienes, pero que en la hora histórica en que está el Beato, apa- recía no sólo lánguida, sino exahusta y casi muerta, Era preciso el celo del Beato Gaspar para hacer funcionar con nueva savia el árbol de aquella insti- tución... En efecto, él inyecto. en aquel cuerpo, el ¿vigoroso espíritu de vida que comenzó a correr por sus miembros paralizados, como confiadamente se había prometido el cardenal Della Somaglia, Vica- rio de Roma, al restaurarla con fecha del 13 de Enero de 1805. También el párroco de San Marcos le confirió el encargo de explicar la doctrina a sus fieles, se-