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demuéstrase por la piedad con que se acude a su intercesión y las gracias que él comunica. Tenemos a la vista un comunicado amplio fir- mado por doña Francisca Reina y Fustigueiras, en Villalobos 14 (Cáceres), España, a 20 Agosto 1917, refiriendo una maravillosa curación obtenida por ella de gravísima enfermedad, por medio de la in- tercesión del Beato Gaspar. Otra carta, firmada por D, Emilio Villar, en Cá- ceres 24 de Mayo de 1917, referente a otra cura- ción en la persona de su señora D.* Angelina To- rres de Castro Hurtado, por medio de una estampa del mismo Beato, que se la dió el Rvdo. P. Salva- dor Carcaguolo, Superior de la Residencia de Cá- ceres... Termina de esta manera: «Hago presente la devoción y la fe que inspira a mi esposa y a mí el B. Gaspar del Búfalo, y ex- tremo mi agradecimiento al Rvdo, P. Salvador Car- caguolo que me procuró la preciosa reliquia.» Cartas y casos podían repetirse, pero no pode- mos demorar en estos apuntes. En América Fué llevada allí la semilla vigorosa del Instituto por el benemérito D. Francisco de Sales Brunner, conducido misteriosamente por Dios a la Congre- gación de la Preciosa Sangre... Con la bendición del Papa se embarcó el 19 de Octubre de 1843 con catorce compañeros y llegó a New Orleans el 21 de Diciembre. Continuando por el Misisipi arri-